H.


Un horizonte a mis pies que va perdiendo color, va destiñendo su gama, su brillo se apaga, la intensidad con la que irradia se escapa.
 Perdida y desbordada.Sin control y asustada. Con un hueco que rellena la nada,que traspasa mi pecho como una bala, que quiere volar sin alas. 
Enmudecida en las sombras, acompañada de la ingenuidad, de la dulzura amarga que me confieren las notas de un pentagrama.
 Incompleta y vacía. De cualquier criatura extraña que al abrir los ojos tan solo ve legañas, que al mirar a su alrededor ve carne y hueso que deambula entre asfalto y esperanza, de esas que fuman en las ventanas y que lloran entre los rincones de casa, que viven inmersos en ciclos de alcohol y soledad, no me extrañaría que al final de su historia se contemple el trágico final, que al leer en las novelas de recuerdos falsos nos ponen a llorar.  
 Aun así os invito a viajar, en sus mentes hay un oasis excepcional, a ser posible no olvides memorizar que en estos tiempos ya nada es real. 
Mientras esperas a que el desenlace llegue a su final las cortinas se acercan sin más, adiós impaciencia, adiós noche eterna, hola esplendor, fábula que contempla las horas pasar, déjame terminar, suplicarás. Pero al otro lado de la pantalla los espectadores quieren cambiar de canal y la intriga se quedará. Espera con emoción, volverás y terminarás. 
Y al acabar la historia subreal del mundo que nunca quiso hablar empiezas a temblar, quizás la tuya esté a punto de comenzar.
Alza los ojos, que allí en donde nadie es capaz de ver, sonreirás. 

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