Está al caer.

Me obligas de forma casi directa a creer de mi una bestia, un forro polar que guardas en verano. Buscando en ese pequeño armario un destello, sombras, sombras que se tropiezan sin ver nada, ante la oscuridad de tu mirada, clavada en estado de ámbar. Un devenir continuo, un sofoco ansioso, un atardecer que proclama el fin de su llegada.Ese vacío en el pecho, ese hueco en el alma, ese agujero en el corazón que ahoga la llama, ese conjunto de algo al que llamaremos desesperanza, un bajón de imaginación y una sobre dosis de lágrimas.
Maldito infierno en el que me metí, horas de autoengaño, tiempo perdida en un mundo de hojalata, sin quererme, sin tener nada, sin sentir nada. Huyo de lo soy, de mi falta, de este menos que no acaba.
Dije esta es la última, pero repetí. Postre del que no me canso, agua que transcurre sin miedo su camino, oruga que desprende sus alas. He caído, me he derrumbado y si no es el sueño lo que persigo ¿ Por qué lo hago? Por las Utopías que fantasean a mi alrededor, por la bohemia...
Abres. El invierno ha llegado, seré útil, útilmente utilizado.

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