Puerta a lo desconocido.
Las puertas seguían aún cerradas.Tras años de espera,por fin me sentía lo suficientemente valiente para averiguar que era lo que escondía aquella puerta.Mi padre siempre me decía que llegado el momento lo sabría,pero me invadía la impaciencia, y más de una vez me vi tentada a traspasar toda la casa, salir de mi habitación corriendo y coger la llave, abrir la muerta y ...todo se volvía negro.Tras eso empezaba a imaginar la cantidad de cosas que podría albergar aquella habitación. A veces creo que me excedía,llegué a pensar que aquellas paredes guardaban el mayor tesoro que jamás uno pueda desear,un dragón,un mundo paralelo,un tenedor gigante, un zoo, o simplemente una biblioteca.
Las manos me temblaban, mi padre me miraba de reojo, sonreía, hacía como que iba a abrirla y se quedaba quieto un rato,pensativo. Le suplicaba con la mirada que dejara de torturarme y sus carcajadas llenaron el silencio que bailaba entre nosotros. Antes de abrir me dijo que todo estaba en la forma en que lo mirara,para algunos era algo simple y sin importancia,para otros,como para mi padre y mi madre era un mundo, una maravilla,un soplo de vida.
Había un ventanal, con unas cortinas blancas con florecillas silvestres dibujados. Vi desde ahí mi columpio rojo, había una mesa central pequeña, de estas cuadradas con una silla de madera a juego. Las paredes estaban llenas de fotografías, era como un gran mural,eran fotos de mis padres, era como hacer un viaje al pasado. Desde niños hasta el día de mi nacimiento.La estancia tenía magia. En un rincón había un piano viejo.Se notaba que nadie lo tocaba desde hace años. Mi padre cerró la puerta al entrar, se sentó en aquella mesita y yo me fui directa al piano. Me hizo una señal con la mano para que tocara. No sabía bien como comenzar, pero sin darme cuenta mis dedos empezaron a moverse solos y al hacerlo me sentía tan liberada,era como estar volando.Mientras que lo hacía mi padre seguía sentado,observando la foto en el momento justo en el que él y mi madre se conocieron. Fue en un cumpleaños.El momento captado es una mirada de ambos. Él creía que era una estúpida y ella que era un pesado sin gracia. Paré en seco. La habitación pareció estar envuelta en una aurora boreal.Era un efecto óptico que instaló mi madre para que las noches de estrellas al mirar por la ventana tuviera la sensación de estar ahí.
Tras su muerte él dejó de entrar.Eran demasiados recuerdos.Era demasiado bonito para durar tanto tiempo.Desde aquel día no volvía a entrar, no quise romper la magia. Ahora me tocaba a mi encontrar mi lugar en el mundo, sino, haré como ella, lo tallaré a mi manera en cualquier lugar del mundo.
Las manos me temblaban, mi padre me miraba de reojo, sonreía, hacía como que iba a abrirla y se quedaba quieto un rato,pensativo. Le suplicaba con la mirada que dejara de torturarme y sus carcajadas llenaron el silencio que bailaba entre nosotros. Antes de abrir me dijo que todo estaba en la forma en que lo mirara,para algunos era algo simple y sin importancia,para otros,como para mi padre y mi madre era un mundo, una maravilla,un soplo de vida.
Había un ventanal, con unas cortinas blancas con florecillas silvestres dibujados. Vi desde ahí mi columpio rojo, había una mesa central pequeña, de estas cuadradas con una silla de madera a juego. Las paredes estaban llenas de fotografías, era como un gran mural,eran fotos de mis padres, era como hacer un viaje al pasado. Desde niños hasta el día de mi nacimiento.La estancia tenía magia. En un rincón había un piano viejo.Se notaba que nadie lo tocaba desde hace años. Mi padre cerró la puerta al entrar, se sentó en aquella mesita y yo me fui directa al piano. Me hizo una señal con la mano para que tocara. No sabía bien como comenzar, pero sin darme cuenta mis dedos empezaron a moverse solos y al hacerlo me sentía tan liberada,era como estar volando.Mientras que lo hacía mi padre seguía sentado,observando la foto en el momento justo en el que él y mi madre se conocieron. Fue en un cumpleaños.El momento captado es una mirada de ambos. Él creía que era una estúpida y ella que era un pesado sin gracia. Paré en seco. La habitación pareció estar envuelta en una aurora boreal.Era un efecto óptico que instaló mi madre para que las noches de estrellas al mirar por la ventana tuviera la sensación de estar ahí.
Tras su muerte él dejó de entrar.Eran demasiados recuerdos.Era demasiado bonito para durar tanto tiempo.Desde aquel día no volvía a entrar, no quise romper la magia. Ahora me tocaba a mi encontrar mi lugar en el mundo, sino, haré como ella, lo tallaré a mi manera en cualquier lugar del mundo.
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