Mentiroso compulsivo.

He medido cada una de las mentiras que he soltado,  cada uno de los espacios que las separan , y se han vuelto tan reales que la máscara se ha fundido con su piel, ya no queda nada del otro, ha perdido la esencia,  y el brillo que antes radiaba en sus ojos,  se ha consumido.
Verdades que han perdido fuerza se alistan en el ejercicio,  rompen fila cada vez que alguien las escucha, cada vez que alguien las cree, y no las confunden con un disfraz. Sólo una verdad disfrazada de carnaval muere ante la grandiosidad de una mentira.
Por eso, y tristemente cierto, en el mundo la verdad se ha disipado. Somos incapaces de encontrarla sin querer moldearla a nuestro antojo.  Ya no encuentro certeza ni luz en lo que oigo, ni calidez en lo que digo.
Creedme si os digo que si vivís en un mundo ajeno al real,  no vais a ver la verdadera belleza de las palabras. Una vez me fui, y no quise volver, y cuando cierro los ojos me encuentro en ese lugar que parece mio, pero no lo es.
Vamos a seguir mintiendo, vamonos de carnaval.

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