A flor de piel.

Déjame, que entre este silencio y la indiferencia, entre la distancia y la ignorancia, la cobardía y el orgullo, la tristeza y el miedo, te diga que te quiero. De la forma más sincera que mis dedos te pueden decir, pues mis labios no son los míos, están sellados por otra boca. Sumisos sucumben a la dulzura de una nueva bienvenida, y un adiós interminable.
Entre tanto viento, mis pelos se alborotan y me ciegan. Echo andar a paso lento con la certeza de que me voy a caer, pero me dejaré llevar, como siempre. Eso demostrará que aún sigo viva.
Pasos, y más pasos, senderos, y bosques, pequeñas estructuras unidas por pequeños hilos. Apenas perceptibles que intercambian conexiones que nos hacen ver que aún estamos en el mismo plano. Seguimos en la misma línea que divide lo correcto de lo que queremos.
Estas por aquí, no te veo, pero te siento. Estas ausente. Invisible.  Perceptible.  Eterno.  Quedate en un hueco y no te muevas, deja de moverte, de dolerme.
Y yo le dedico el don de la inmortalidad al escribirle al sentimiento, no a la persona, porque ya no te dedico tiempo, ni palabras,ni suspiros...porque ya no existes. Porque le escribo a la causa del palpitar de un corazón, a tus ojos, a tu dulzura transformada en ego, a alguien que jamás existió... a un extraño que no conozco.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Cual será la raiz cuadrada de mi misma?

Un amigo no es fácil de reemplazar.

Nada es para siempre.