Será efímero, como el silencio que dejo. Será tarde, como el despertar en la crisálida de una mariposa dormilona. Será inevitable, será triste y entrañable. Una dulce y sincera sonrisa, un viento helador, un rocío en mis mejillas, un adiós dudoso.
Será el momento equivocado, será el día menos esperado, será el segundo más amargo.
Te quiero.
Como un puñal que atraviesa el hielo, que corre a contra corriente en este monólogo ardiente. Como un sin sentido, un vacío inexistente que abarca nuestra ínfima distancia. Tus ojos agachados, la noche nos abraza, y mis manos dibujan tu garganta.
Lo siento.
La intranquilidad aumenta, la ansiedad se dispara. Mis manos ya no te buscan, me desvias la mirada.
¿Para que mentirnos? Fuimos alteregos de otras historias, comediantes, falsos mutistas con afán de dramaturgos, errantes personajes, que vienen y van. Toda una página en blanco con tu nombre borrado.
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