La habitación.
"Has estado con los ojos vendados durante años. La luz casi imperceptible traspasaba las ventanas de aquella habitación roja, con pequeñas llamas que ascendían desde el suelo. Tenía todo un aspecto tan colorido y lleno de vitalidad que te dejaba absorto, no querías escapar de aquel cuarto. Tenía magia, un enigma que le envolvía y te enloquecía."
Me encontraba a escasos metros de la puerta, pero la vislumbraba entre la multitud. Una joven de cabello negro, con grandes ondulaciones que bailan al compás con el viento, unos ojos verde oliva y una sonrisa inquietante, que te dejaba helado. Algo me decía que no le desagradaba nada la muerte de aquel muchacho. A su lado se encontraba Mila, aún aturdida y con los ojos empañados. No daba crédito, pensó que Julia no sería capaz de hacer algo así. Me miró de reojo y enseguida notó que fui capaz de leerle la mente. Intente correr a su lado con todas mis fuerzas, quitándome a gente de encima, gritando como solo lo sabe hacer un loco.Entonces me paré en seco. Llegué tarde, demasiado tarde. Traté de no llorar mientras el suelo se encharcaba de sangre, pero no pude. Me desplomé. Ella me miraba. Seguía sonriendo. Los guardias no estaban seguros de lo que acababa de suceder y fueron directos a ella. Intentó escapar, antes de que saltara al vacío una bala atravesó su cabeza. Fue un disparo limpio.
La gente en la calle murmuraba. Trataban de averiguar que había vuelto a ocurrir en aquella casa, se apilaban en filas para poder observar los cadáveres que salían, para comprobar quien había fallecido y empezar a montar sus propias películas, a seguir inventando falsos cuentos. En eso éste pueblo era todo un experto, se llevaría el primer premio en un concurso de literatura.
Después de tantos años no he podido olvidar aquella secuencia, tantas imágenes que me impedían dormir noche tras noche. Puede que suene extraño...incluso masoquista, pero duermo en aquella misma habitación, con ese mismo rojo, ese mismo estampado de llamas e incluso las huellas de sangre...no he sido capaz de borrarlas. Aún la imagino junto a la ventana, mirándome y haciéndome sentir una porquería. En estos días de soledad he estado de charla con mi conciencia y he decidido hacer lo correcto : Morir.
La gente en la calle murmuraba. Trataban de averiguar que había vuelto a ocurrir en aquella casa, se apilaban en filas para poder observar los cadáveres que salían, para comprobar quien había fallecido y empezar a montar sus propias películas, a seguir inventando falsos cuentos. En eso éste pueblo era todo un experto, se llevaría el primer premio en un concurso de literatura.
Después de tantos años no he podido olvidar aquella secuencia, tantas imágenes que me impedían dormir noche tras noche. Puede que suene extraño...incluso masoquista, pero duermo en aquella misma habitación, con ese mismo rojo, ese mismo estampado de llamas e incluso las huellas de sangre...no he sido capaz de borrarlas. Aún la imagino junto a la ventana, mirándome y haciéndome sentir una porquería. En estos días de soledad he estado de charla con mi conciencia y he decidido hacer lo correcto : Morir.
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