Por querer, queremos de todo.

Hoy necesito más que nunca, un abrazo. Pero no uno cualquiera, de eso que te recomponen, que parecen que al estrujarte pegan todas las partes de tu cuerpo.
Necesito un hombro donde apoyar mi cabeza, donde llorar desconsoladamente, hasta quedarme seca.
Quiero que quieran todas mis malas costumbres, todo lo que me hace mala e incompleta. De forma sincera y altruista. Que no espere nada, salvo mi tiempo.
Egoista. Soy egoísta.
Y tonta, muy tonta.
Porque nunca sé que hacer, porque soy sosa y aburrida, insípida y sin color. Mala hierba, que quiere siempre salirse con la suya...infantil, inmadura, llorona, tan inestable como una molecula de agua. Y con un sentido del humor adsurdo y muy malo.
Pero soy sensible y empatica, agridulce y soñadora. Soy la esperanza hecha persona, con risa fácil y habladora. Profunda y curiosa, muy curiosa. Culo inquieto e impaciente.
Tarde, llego siempre tarde.
Soy como una esponja que absorbe todo lo que le rodea. Desconfiada, ingenua, viciosa, adicta, que es el cómputo de todo lo que la gente ha aportado a ella. Soy recuerdos y futuros inciertos, presente lento.
Tengo más defectos que virtudes,  como todos supongo. Pero tengo una mente débil y conformista.
Viviendo en otro sitio que no es la realidad.
Por todo,  a veces pienso que no me quiero,  que solo puedo ver lo que no ne gusta de mi y que aún así no voy a cambiar. Pero a la vez, si soy consciente y me acepto tal y como soy,  es porque si lo hago.
Es por todo esto y lo que pueda faltar que me pregunto por qué la gente se acerca, se marcha o se queda.
Si yo solo quiero mejorar: ser la mejor versión de mi misma.

Dejar de mirar al abismo antes de convertirme en uno.
Falta voluntad, y sobra miedo.